La compañía alemana utiliza las gafas de realidad aumentada del gigante tecnológico para mejorar la rentabilidad de un producto centenario.
La compañía alemana Thyssenkrupp está decidida a inventar el ascensor del futuro, para el que la tecnología está jugando un papel clave. ThyssenKrupp ha presentado en Nueva York HoloLens, un sistema desarrollado por Microsoft que se basa en unas gafas inalámbricas de realidad aumentada que, conectadas a un dispositivo, permiten visualizar a distancia el ascensor e identificar sus problemas técnicos. Thyssenkrupp ya ha incorporado esta tecnología como herramienta de trabajo para sus más de 24.000 técnicos de mantenimiento.
HoloLens forma parte de la alianza que Thyssenkrupp y Microsoft presentaron hace un año y que se conoce como Max, un sistema que se apoya en el Internet de las cosas para predecir los problemas de los elevadores, conocer su comportamiento al segundo y prevenir incidencias mediante control remoto. Usando la tecnología Microsoft Azure Internet of Things, Max hace posible que un ascensor pueda decirle al técnico sus necesidades.
Toda la información de Max se envía al sistema en la nube, donde un algoritmo calcula la vida útil de los sistemas clave y los componentes de cada ascensor. A finales de año, hasta 180.000 aparatos aplicarán este sistema, que cuenta con España como uno de los países piloto para su desarrollo. Entre los edificios emblemáticos cuyos ascensores ya están conectados a Max figura el One World Trade Center de Nueva York, cuyos ascensores viajan más rápido que Usain Bolt y que son capaces de trasladarse desde la planta baja hasta el piso 102 en tan sólo 60 segundos, según explican en Thyssenkrupp, uno de los principales fabricantes de ascensores del mundo.
HoloLens, por su parte, transforma la realidad en hologramas, lo que, aplicado a la actividad de Thyssenkrupp, permite a los técnicos visualizar e identificar los problemas de los ascensores sin necesidad de desplazamientos, y tener acceso remoto a la información técnica, lo que implica una capacidad de maniobra cuatro veces más rápida, explican desde la compañía.
Según sus impulsores, la apuesta por la tecnología y la innovación que representan tanto HoloLens como Max se traducirá en un crecimiento del 4,9% de los ingresos derivados de los servicios que presta el sector de los ascensores el año que viene, que ascienden a 56.300 millones de dólares.
El equipo español de Thyssenkrupp, donde la compañía cuenta con dos plantas, juega un papel clave en el desarrollo de HoloLens. Tres ingenieros de la planta de I+D del grupo en Gijón trabajan en la sede de Microsoft en Redmond (Estados Unidos) en busca de soluciones para la industria de la elevación.