Ni siquiera el ascensor de la torre Burj Khalifa (Dubái), el rascacielos más alto del mundo, podría subir tanto como la factura de la luz. Por eso, estos vehículos verticales han evolucionado para consumir cada vez menos. Hasta el punto de no consumir nada: los ascensores del futuro no dependerán de la corriente eléctrica, y como mucho se conectarán con un sencillo enchufe.
La empresa de ascensores Zardoya Otis ha presentado un nuevo modelo, disponible desde hoy, que funciona exclusivamente mediante paneles solares fotovoltaicos. De esta forma se produce un ahorro en la factura eléctrica del 100%, y se eliminan las emisiones de CO2 a la atmósfera.
El consejero delegado de Zardoya Otis, Bernardo Calleja, asegura a Teknautasque este tipo de ascensores de consumo mínimo o nulo “son el futuro”. Según el experto la tecnología ya es aplicable a ascensores residenciales, que tienen un uso menor, pero confía en que se puedan utilizar en edificios de oficinas y rascacielos en unos cuantos años.
El ascensor no depende de la corriente eléctrica, ya que almacena energía durante las horas de sol, y además genera energía al bajar. Gracias a esto, el transporte puede hacer unos cien viajes antes de descargarse por completo.
Si se produce una falta prolongada de luz solar, el ascensor se puede conectar a la red con un sencillo enchufe convencional, de la misma forma que se conecta un portátil cuando se le acaba la batería.
Esto es posible gracias a que la máquina consume menos que un microondas: solo 220 voltios. En comparación, los ascensores hidráulicos tradicionales que pueden encontrarse en muchos edificios, consumen unos 12 kilovatios de energía.
En ausencia de sol se puede conectar a la red con un sencillo enchufe convencional
Calleja explica que la amortización de la máquina depende de las alturas del edificio y la frecuencia de uso, pero calcula que el ahorro comienza “entre cinco y diez años” después de su instalación.
Este ascensor se suma al de la empresa Schindler,también solar. Con este tipo de máquinas, se espera mejorar la eficiencia energética de los edificios europeos, que es muy baja en el 80% de ellos. En España, el 95% de los edificios se encuentra por debajo de la letra D.
Está por ver si el Gobierno impulsará planes renove que faciliten la instalación de estas máquinas. O si por el contrario sufrirán el mismo trato que el resto de energías renovables.