Unas 70.000 viviendas no tienen ascensor en Aragón, y más de la mitad de ellas se encuentran en la capital, Zaragoza. Son los datos que maneja el Colegio de Administradores de Fincas (CAF) y que revelan que sigue habiendo problemas de accesibilidad tanto en el ámbito rural como en la ciudad, a pesar de que la legislación en la materia continúe avanzando.
En Zaragoza, según fuentes municipales, los principales barrios afectados por la falta de elevadores en las residencias son también los más tradicionales y en los que habita un mayor porcentaje de personas de avanzada edad. Es el caso de Casco Histórico, Centro y de las zonas de antiguas viviendas sociales, como Delicias.
En los últimos diez años, el Ayuntamiento de Zaragoza ha concedido 721 licencias para construir nuevos ascensores. Pero la realidad cambia drásticamente de la época precrisis a los últimos ejercicios. Mientras que hasta el 2008 la media de licencias concedidas era de 100 anuales, en el 2009 se otorgaron 56, prácticamente la mitad que el año anterior.
La reducción de las obras se explica, además de por la crisis económica sufrida por los particulares y propietarios, por la reducción de ayudas públicas a su instalación. Además, explicaron desde el CAF, otro de los frenos que actúa en la instalación de elevadores es la falta de acuerdo entre los propietarios.
Aun así, en el 2015 se observó un cambio de tendencia y aumentaron las licencias concedidas por el consistorio zaragozano. Después de un ejercicio 2013 en el que solo se construyeron 29 ascensores en la capital, el 2015 cerró con 54 obras y en el primer cuatrimestre del 2016 se otorgaron 14. Desde el CAF aseguran que la nueva legislación de ascensores es «una buena herramienta», aunque sigue planteando «limitaciones» al requerir el acuerdo de los propietarios para poder hacer la instalación.