Una línea de pedales sustituye a los tradicionales botones en los ascensores de un centro comercial del norte de Bangkok con el objetivo de evitar la propagación del coronavirus entre los usuarios.
Este dispositivo piloto, que se ha ganado las alabanzas de los clientes por su sencillez, es una de las medidas de seguridad sanitaria promovidas por el centro comercial Seacon Square tras la reapertura el pasado domingo de los grandes almacenes.
«Inicialmente hemos instalado el prototipo con pedales en un ascensor; aunque más adelante los instalaremos en otros 15, así los compradores tendrán seguridad de no infectarse» en caso de tocar los botones, declara a Efe Prote Sosothikul, vicepresidente de la compañía que administra el citado recinto comercial.
Con dos pedales ubicados en el pasillo, los usuarios pueden llamar al ascensor para subir o bajar. Una vez dentro, los clientes se encuentran con una fila de siete pedales correspondientes a los pisos del centro comercial y el aparcamiento y otros dos para mantener las puertas abiertas o cerrarlas.
En el interior del ascensor, en el que se ha limitado su capacidad a seis personas, también hay una serie de pegatinas en el suelo que recuerdan al usuario las distancias de seguridad entre los viajeros.
Prote asegura que los usuarios del ascensor están «encantados» con el funcionamiento del dispositivo, cuyo coste por unidad ronda aproximadamente los 20.000 bat (cerca de 630 dólares o unos 570 euros).
Tailandia, que ha confirmado 3.037 infectados con el virus, incluidos 56 decesos, se encuentra en la segunda fase de relajación de medidas a raíz del descenso del número de nuevos contagios.
Para entrar en los centros comerciales, muy populares en el país como lugar de esparcimiento y para evitar las tórridas temperaturas del exterior, es necesario superar un control de temperatura y rellenar una serie de formularios.
Las autoridades tailandesas también promocionan una aplicación móvil llamada Thai Chana («Tailandia gana», en tailandés) que permite rastrear y registrar el número de clientes en los centros comerciales.
Además los propios establecimientos también han adoptado medidas de seguridad sanitarias como limitar el aforo, colocar geles desinfectantes para las manos o mamparas en los restaurantes para dividir a los clientes.
Las mascarillas no son obligatorias en la calle, aunque sí en lugares como el transporte público, parques, supermercados y centros comerciales y casi toda la población las utiliza al salir de casa.